lunes, 4 de enero de 2016

Personal autónomo y con iniciativa en el punto de venta.

Situación 1. Tienda de ropa. Mercancía de nueva colección que llega a tienda y que por acumulación de trabajo los escaparatistas, visual merchandiser o el personal encargado no inserta en planta para su puesta a la venta. ¿Qué sucede a continuación? Que el resto del personal de tienda opta por no sacar dicha mercancía a planta debido a su falta de formación, a sus inseguridades o lo que es peor: temor a regañinas por parte del personal escaparatista por colocarlo en un sitio incorrecto.

Situación 2. Supermercado. Campaña de Navidad. Gran afluencia de público y neveras y murales próximos a caja casi vacíos por falta de stock navideño. Personal responsable de cajas no se atreve a reponer dichos murales (con otro producto) porque ha de hacerse acorde a las directrices del personal de área y por tanto, no están autorizados a cambiar la disposición.

¿Cuál es el resultado de ambas situaciones? Pérdida de ventas en tienda.

Como responsable de tienda o de área, uno ha de tener claras sus prioridades. Los establecimientos son el último eslabón de la cadena de distribución, pero ante todo son el punto más importante. La actividad es vender. Y si no se vende, todas las unidades y departamentos no sirven de nada.

Muchas veces desde puestos jerárquicos superiores, desde departamentos donde se toman decisiones se burocratiza, se alargan procesos y se pierde la visión global que todo negocio a de tener. El negocio de vender. Y para vender, además de tener algo que ofrecer, hay que formar al personal y darle la suficiente autonomía profesional como para poder tomar decisiones. Cuánta más formación e información tenga este personal, más posibilidad tendrá este de tomar decisiones correctas y oportunas. Mayor satisfacción y autonomía son sinónimos de mayor productividad y menor absentismo. Mayor rapidez  y eficacia en la respuesta a los cambios, son sinónimo de una mayor competitividad y un incremento de ventas.

Conformar un equipo autónomo en los diferentes establecimientos, no significa una pérdida de autoridad y de jerarquía en la escala. Las directrices y políticas de empresa han de seguirse, pero ha de darse herramientas al personal para poder dar respuesta a las situaciones del día a día.
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